Aunque las primeras formas de turismo se remontan a la Edad Antigua, los viajes de placer comenzaron a tener cierto peso a finales del siglo XIX y principios del XX. Desde entonces, el sector de la hotelería no ha dejado de evolucionar junto a un proceso de democratización del turismo, pasando de ser un lujo burgués a un sector con diferentes opciones adaptadas a diversos presupuestos.
Si echamos la vista atrás, a las dos últimas décadas, podemos imaginar que desde principios de este siglo no han cambiado muchas cosas.
Pero, nada más lejos de la realidad, la generalización del uso de Internet y de las que para entonces eran las nuevas tecnologías han marcado un antes y un después en los hoteles de comienzos de los 2000 y los de nuestra época.
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Digitalización de los principales procesos
En la actualidad, la mayoría de nuevas instalaciones hoteleras tienden a la digitalización: desde las cerraduras electrónicas para hoteles hasta el proceso de check-in con medios digitales. Estos procedimientos suponen una gestión mucho más eficaz y segura.
Hace 20 años era impensable que unos huéspedes pudieran llegar de su viaje en mitad de la noche y acceder directamente a su habitación sin pasar de la recepción. Hoy, es un proceso muy habitual en los hoteles que no disponen de servicio de recepción permanente o en aquellos que cuentan con clientes recurrentes que viajan por negocios.
Con un simple Smartphone, la tecnología Bluetooth permite este acceso a las personas que han realizado la reserva y que han recibido la llave digital en su móvil.
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Generalización del uso de internet: reservas y transparencia
Hace dos décadas era mucho más habitual llamar a nuestro hotel de confianza para realizar una reserva, encontrar un hotel en el propio destino o acudir a una agencia de viajes para que gestione la estancia. En la actualidad, aunque muchos viajeros utilizan estas opciones, en España un 37 % de la población utilizó Internet en 2019 para reservar un viaje o un hotel. Y según Statista en otros países europeos como Dinamarca el porcentaje ascendió hasta el 62 %.
Por otro lado, la presencia de los hoteles y alojamientos turísticos en las plataformas de internet -tanto de reservas como de opiniones- ha dado lugar a una mayor transparencia, ya que los viajeros pueden ver imágenes antes de llegar, no solo proporcionadas por el hotel, sino también por aquellos que lo visitaron antes.
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Irrupción de las viviendas privadas como alojamiento turístico
Aunque ya existían algunas experiencias pioneras como HomeAway o Vrbo, Airbnb revolucionó en 2008 el mundo de la hotelería con un nuevo concepto. Consiste en ofrecer una plataforma digital que pone en contacto a personas que quieren ofrecer sus viviendas en alquiler, con huéspedes interesados. De esta forma, a la vasta oferta de tipos de alojamientos que ya existían (desde hoteles a campings, pasando por albergues, hostels o alquiler de apartamentos) se ha sumado con fuerza el alquiler de viviendas particulares, con opciones que van desde grandes villas hasta una habitación en una casa por unos días.
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La globalización, también en el turismo
El turismo tampoco escapa de la globalización y desde hace décadas existe una tendencia al alza a privilegiar los destinos internacionales frente a los nacionales y de cercanía. De hecho, como analiza el estudio del INE España en cifras 2019, en el 2016 los viajes nacionales e internacionales estaban casi a la par, experimentando los destinos extranjeros una gran subida a partir de entonces. En cualquier caso, España fue el segundo país del mundo con mayor llegada de turistas extranjeros en 2017, solo después de Francia, lo que permite hacernos una idea del grado de globalización en este ámbito. De todas formas, con la irrupción del coronavirus y sus restricciones, esta tendencia ha cambiado drásticamente.
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Alojamientos más centrados en la experiencia
Finalmente, uno de los cambios más importantes y a la vez sutil de estas dos décadas ha sido el de la preocupación por la experiencia del viajero, que se sitúa en el centro a todos los niveles. Los alojamientos han invertido en mejorar el servicio que ofrecen a sus viajeros, conscientes de que un hotel es ahora mucho más que un lugar donde pernoctar en vacaciones. La innovación tecnológica en el sector hospitality ha sido clave en este avance hacia una experiencia inolvidable, junto a otros factores como la sostenibilidad, la fidelización de los viajeros o la promoción de valores asociados a la marca hotelera.